El reciente estudio realizado por el equipo de investigación de la Universidad de Jaén y Granada con ratones, ha demostrado que el tipo de grasas que incluímos en nuestra dieta, modula el comportamiento de los enterococos, un microorganismo muy frecuente en el tracto digestivo. Además, los resultados obtenidos, confirman que el aceite de oliva virgen extra, puede tener un papel prebiótico sobre él, y disponer de efectos beneficiosos sobre la microbiota.
De esta manera, el equipo de investigación, confirma que el aceite de oliva virgen extra, regula las funciones de bacterias intestinales de un mismo género, e incluso puede conseguirlo también en los casos de especies semejantes.
El estudio, establece que el AOVE tiene un efecto beneficioso al alcanzar un equilibrio entre cepas muy cercanas. Esto favorece que estas presenten una menor resistencia a antibióticos, además de producir menos compuestos tóxicos para nuestro organismo cuando se realiza la digestión.
Aceite de oliva virgen extra: la importancia de la dieta en los problemas digestivos
Un aspecto importante que se concluye en el estudio es el hecho de la importancia de conocer cómo se comportan las bacterias en función de la dieta y cómo esta puede ayudar a su regulación. Algo que puede conseguir desarrollar tratamientos más efectivos en el control de la microbiota.
Durante la investigación realizada por la Universidad, se persiguió encontrar factores de virulencia en cada cepa; en otras palabras la capacidad de colonización de las bacterias. También la producción de compuestos que pueden llegar a ser tóxicos para el organismo.
Uno de los resultados obtenidos, fue que las cepas alimentadas con AOVE presentaron menos resistencia a los antibióticos. También menor tendencia a presentar factores de virulencia. De hecho, hablamos de una diferencia significativa entre la dieta estándar y el Aceite de Oliva Virgen Extra (que consiguió un menor porcentaje de resistencia).