Siempre decimos que nuestros aceites son “extraídos en frío”, pero ¿sabes realmente en qué consiste este método? La extracción en frío, según el consejo oleícola internacional, es uno de los requisitos para obtener aceite de oliva virgen extra y consiste en que en el proceso de extracción la temperatura esté comprendida entre los 25-27 grados.
¿Por qué esta temperatura? Pues el motivo de controlar la temperatura no es otro que el de mantener unas condiciones óptimas para que el aceite obtenido tenga la máxima calidad nutricional y organoléptica posible. Podemos añadir que, los componentes intrínsecos responsables de los aromas y olores del AOVE son volátiles y se evaporan con facilidad. Es por ello, que si se subiese la temperatura durante la extracción, el aceite perdería algo de intensidad en cuanto a sus aromas y flavores.
De esta manera, un aceite de oliva virgen extra que sigue una extracción en frío contará con una mayor diversidad e intensidad de aromas.
Proceso de extracción del aceite de oliva virgen extra
Antes de terminar, nos gustaría comentar los procesos por los que pasa el aceite de oliva virgen extra durante la extracción en frío. Todo ello siguiendo nuestro objetivo de divulgar la cultura oleícola.
Pues bien, podemos decir que el proceso consta de molienda, batido, y dos etapas de centrifugación. En la primera centrifugación, se separa el sólido del líquido y durante la segunda, el propio líquido, de líquido.
Durante este proceso, debemos controlar siempre la temperatura, y además, recordamos que se realiza mediante procesos mecánicos, sin añadir componentes químicos. De esta forma se obtiene un producto natural, con todas sus propiedades nutricionales intactas, que permite conservar los antioxidantes, polifenoles y vitaminas propias del fruto.